miércoles, 20 de mayo de 2009

ADIÓS A MI GATO JAZZ

Por Neto Ramone

Nunca planeamos tener un gato. Pero un día fuimos al lejanísimo barrio de Marú, la mayor de todas mis hermanas, allá por Coacalco, y su gata acababa de parir seis o siete pequeños gatitos. Andrea se volvió loca al verlos y se aferró a uno: lo nombramos Jazz, y nos lo trajimos a vivir acá en Xochimilco.

El Jazz era de esos 2 gatos que confirman la regla de “8 de cada 10 gatos prefieren Wiskas”, pues él siempre prefirió la Gatina, para nuestro beneplácito más barata. Fue un gato limpísimo: siempre le echaba tierrita a sus heces y a sus orines.

Se rifo muy buenos tiros con otros gatos del arrabal. Nada más escuchábamos las batallas que se aventaba en la noche en el jardín de la casa, defendiendo su territorio y su plato de croquetas. El Jazz era un gato valiente: se subía a la azotea donde está El Manchas, un Boxer con cara de pocos amigos, y lo enfrentaba con su mirada retadora y ese ruidito que hacen para espantar al enemigo. Al Piki, un viejo pato que también ya falleció, se lo traía asoleado: jugaba a atacarlo y lo ponía todo nervioso. Lo regañe un par de veces: no me gustaba que atrapara y matara lagartijas, esos dinosaurios en miniatura que viven en las contrabardas de las casas.

Entre los truenos, una tira de arbustos decorativos que tenemos en el jardín, se agazapaba y de pronto salía a toda velocidad como para atacarte. Se creía un leoncito en la sabana africana. Era, parafraseando a Borges, la obra de Dios para que pudiéramos tener un tigre en nuestras manos.

Alguna vieja bruja de la cuadra nos lo envenenó por la mañana. Le quise provocar el vómito pero todo fue inútil: tenía dibujada la muerte en su carita peluda. Justo cuando falleció, el Manchas percibió su partida y también lo lloro con un quejido perruno. Al Jazz siempre le gustaba ir al tronco de la bugambilia y limar ahí sus garras. Al pie de esa bugambilia lo enterramos en la tarde de hoy bajo una llovizna pertinaz. Andrea y Arantxa lloraron desconsoladas…

Jazz: de seguro estás ahorita en el cielo de los gatos más picudos. Cada dos de noviembre, cuando nos visites el día de muertos, ten la seguridad que tendremos en la ofrenda un abundante plato de Gatina, para que te la refines a gusto. Gracias por habernos acompañado queridísimo gato Jazz, fuiste bien alivianado…

viernes, 20 de marzo de 2009

NAUCALPAN: UN BARRIO OBRERO ENTRE CERROS Y CAÑADAS


Por Ernesto Armendáriz Ramírez

Para Alejandra Rosas, con mucho cariño, ejemplo a seguir por su defensa del Barrio La Fama, en Tlalpan.

Naucalpan es, antes que cualquier cosa, un gigantesco barrio popular con más de un millón de habitantes, cuyos padres y abuelos emigraron ahí para trabajar como obreros en las fábricas del Parque Industrial, que en los años sesenta era el más grande de toda América Latina. Los alcaldes panistas, que siempre surgen de la parte rica del municipio, tienen el aburrido gusto por promover a las Torres de Satélite como emblema del municipio. Quieren esconder bajo la alfombra la otra realidad: la pobreza. Al norte de la Ciudad de México se encuentra este municipio conurbado perteneciente al Estado de México. La puerta de entrada es Cuatro Caminos, encrucijada que lo divide del Distrito Federal. Pasando la puerta 7 del Campo Militar llegas al Molinito. Aquí inicia nuestro viaje.

El color gris de millares de casas define la estética del lugar. El paisaje de las viviendas de autoconstrucción luce inmenso. Bardas sin aplanar ni pintar, con el tabique desnudo, expuesto al sol, dan ese tono grisáceo que se ve desde la lejanía como una enorme mancha que cubre las puntas y las laderas de los cerros. Sin arquitectos ni planificación, la gente construyó sus casas en los lugares más inhóspitos: en pendientes, barrancas, junto a ríos y canales que se desbordan en época de lluvias, al lado de cerros desgajándose, sobre oquedades que dejaron las viejas minas de arena. Es un panorama sorprendente por enorme ¿cómo fue posible semejante construcción de vivienda en tales proporciones en una geografía tan impropia? Consecuencias de la explosión demográfica, de la crisis del campo mexicano, del centralismo priísta, de las leyes del capitalismo con su inherente ejército laboral de reserva.

La presencia del Campo Militar No. 1 ha definido muchos aspectos de la vida cotidiana, particularmente por miles de soldados rasos provenientes de Guerrero o Veracruz, convertidos en una enorme población flotante que renta viviendas baratas e insalubres y que genera una zona roja en la colonia el Molinito, donde la prostitución y las riñas son comunes los fines de semana. Soldados desarraigados, en su mayoría son jóvenes y solteros; la picazón del sexo encuentra en las loncherías una respuesta, donde mujeres centroamericanas sin papeles son explotadas.

La policía es una instancia inexistente. En la primera mitad de los años ochenta, era común encontrar cadáveres de jóvenes apuñalados o baleados que amanecían en barrancas o a las orillas del canal de aguas negras. Las chavos banda defendían con furia sus territorios y la muerte tenía permiso para trabajar. Gracias a la acción conciliadora de un extraordinario sacerdote católico de la Teología de la Liberación, la violencia entre las bandas paró. Pero Naucalpan sigue proveyendo nota roja a la prensa amarillista, donde matar por una caguama no es un recurso literario para ejemplificar el grado de violencia que aquí se puede encontrar, sino una lamentable realidad.

Los jóvenes toman cerveza en las esquinas y los personajes lumpen de cada colonia complementan el paisaje atestado de grafitis. Definitivamente el alcoholismo es un problema de salud pública en este municipio, y el Escuadrón de la Muerte de El Molinito, una pandilla de teporochos bastante numerosa, su mejor representante. Las viejas pulquerías con albañiles y plomeros jugando rayuela aún se llenan. La droga es accesible, pero su consumo no se le compara en magnitud al del alcohol. Consuelo de excluidos, la ebriedad es la vía de escape ante una vida asfixiante donde por más que te esfuerces, por más que trabajes, por más que te levantes temprano, tu vida no prospera.

Aquí no hay universidades. Se presume la existencia de Acatlán, perteneciente a la UNAM, pero ésta escuela es una isla, su actividad académica y su ubicación geográfica no tiene un hilo conductor con la población. Nadie investiga, nadie estudia los problemas de los pobres de Naucalpan. El porcentaje de los universitarios es bajísimo con respecto a la población en esa edad escolar y no es una prioridad de los padres de familia estimular en los hijos ser profesionistas. Aprendieron que en este país es perfectamente posible sobrevivir sin quemarse las pestañas, no les garantiza nada el estudio: han visto a vecinos odontólogos o arquitectos vivir en el desempleo. Mejor aprenden a manejar a muy temprana edad para ser microbuseros. Si el sistema te impide el ascenso social a través de los estudios universitarios ¿para qué desgastarse entonces? El título universitario colgando en la pared de la casa paterna podrá ser motivo de orgullo decorativo, en estos tiempos algo inútil en el mercado laboral del capitalismo salvaje.

El tren ya no pasa por Naucalpan. Cosas del neoliberalismo y sus privatizaciones, el derrotero hacia Toluca y Morelia fue cancelado: la vieja estación de Río Hondo luce desolada, y las vías con sus durmientes se han convertido en una franja que ocupan miles de pequeños vendedores todos los domingos para instalar un tianguis kilométrico. Y es la mercancía usada la que da el toque al lugar: pacas de ropa provenientes de la frontera, zapatos viejos, herramienta oxidada, enseres domésticos desgastados. La mercancía nueva es invariablemente pirata o china. Paradojas de la historia, pues Benito Juárez, en 1869, inauguro una fábrica textil precisamente en Río Hondo, en lo que parecía ser el inicio de la producción nacional en bien del desarrollo de México.

¿Cómo logran los vecinos darle amabilidad a la vida? Sonríen ante la adversidad. Las familias que celebran unos quince años, un bautizo o una boda, toman como su traspatio la calle entera. Los salones de eventos son prescindibles: para qué gastar en ellos si las mesas, las sillas y el bailongo se pueden colocar a mitad de la cuadra. Son tan charangueros y bailarines como los de Peñón de los Baños o Tepito, y los sonideros y los bailes gruperos encuentran aquí un público seguidor bastante fiel. Futboleros llaneros a ultranza, nunca falla el cartón de cerveza terminando el partido. No tienen, sin embargo, celebridades: sólo unos pocos recuerdan que Raúl Arias, el ex director técnico de las Chivas del Guadalajara y del Necaxa, es del Molinito.

La política, como en todo el país, es un asunto lamentable. El priísmo de los años setenta y ochenta dejo huella por su asistencialismo y corporativismo, y las colonias siguen siendo, a pesar de los triunfos del PAN y del alza electoral del PRD en el 2006, una reserva de voto duro para el PRI, maquinaria electoral extraordinariamente aceitada en el Estado de México. Cuando en los años setenta se vivían huelgas, llegaron los estudiantes del CCH Naucalpan a convivir con los obreros: ese idealismo de volverlos vanguardia revolucionaria se vivió intensamente. Se sabe incluso que en su juventud el escritor Paco Ignacio Taibo II apoyaba la huelga de la fábrica de tornillos Spacer. Pero a grandes rasgos la izquierda no permea aquí: los líderes locales del perredismo brillan por su mediocridad. Nunca se ha consolidado una oposición que vea por los intereses reales de las colonias populares porque el PRD ya se acostumbró a vivir de migajas, traducidas en dos o tres de las dieciocho regidurías.

Barrio obrero asentado en cerros y cañadas, Naucalpan vive al vaivén de los cambios partidistas en el gobierno sin nunca ver transformaciones sustanciales en su vida. Las cosas siempre están igual, en una larga espera que se prolonga por décadas, de padres y abuelos que salieron de sus comunidades rurales hace cuarenta o cincuenta años, esperando que sus hijos tengan mejor suerte que la de ellos.

miércoles, 11 de marzo de 2009

LOS COVERS QUE MAS ME GUSTAN (UNA LISTA PERSONALÍSIMA)


Por Neto Ramone

Emular, acto de admiración: muestra pública de una pasión antes privada. Millones de adolescentes practicando en sus habitaciones con su bajo o batería, rockeando en hacinados tugurios ásperos e iracundos, con los audífonos pegados a las orejas cuando van a todas partes: siempre bebiendo en éxtasis canciones de rock. Momentos de identidad y descubrimiento, cuando las guitarras y los gritos se impregnan en tu alma. Algunos de esos adolescentes crecerán y serán los nuevos hacedores del rock, y una vez realizada su tarea creadora, en un remanso, recordarán esos momentos extraordinarios cuando esa canción en especial les tocó hasta la última fibra de su ser. De ese recuerdo especialísimo nacerá una nueva versión de la canción, un cover que a todos, quizá, volverá a conmover.

Con ustedes, los covers que más me laten :

1.- I Will Survive, original de Gloria Gaynor, cover de Cake. La canción no falla en cualquier boda o fiesta de fin de año de la oficina (ese reventón donde las secretarias y las licenciadas se animan a divertirse como cuando eran solteras...). Es una parada obligatoria para los grupos de música “versátil”. Cake la recupera con excelentes arreglos, destilando una versión amabilísima: con vocecilla perezosa, el cantante John McCrea hace que te animes para sobrevivir desengaños y traiciones amorosas.
Cover: http://www.youtube.com/watch?v=596qaxm-u4o

2.- Smoot Criminal, original de Michael Jackson, cover de Alient Ant Farm. Hay canciones desechables de la radio que cambian radicalmente en su versión rock. Smoot Criminal era una típica rolita para que el renegado afroamericano hiciera sus coreografías mamilas, pero Alient Ant Farm la rescata del recolector de desechos inorgánicos. La versión les quedó super chida, con muy buena velocidad. Un caso digno de mencionar porque del basurero comercial reciclaron algo que volvieron provechoso: viva la ecología sónica y Sí al Protocolo de Kyoto!

3.- Mrs. Robinson, original de Simon and Garfunkel, cover de Lemonheads. Una rola sesentera que oías sin pena ni gloria en Radio Universal. De Boston llegaron los Lemonheads e hicieron una versión jovial, una fresca limonada en pleno verano caluroso. Una canción para ponerla en el auto mientras manejas, en la cocina mientras haces el desayuno, en la ducha mientras te bañas, en la cama mientras... no, no sirve para tanto, pero es una canción muy buena.

4.- Personal Jesus, original de Depeche Mode, cover de Jonny Cash. El maestro Jonny Cash es el proveedor de esta canción celebérrima, compuesta de su voz y su guitarra. Tanta belleza comprimida reclamaba liberarse, encontrar una segunda vida para las nuevas generaciones. Depeche Mode había vuelto la canción una aurora expansiva: un hit con millones de ventas.

5.- One, original de U2, cover de Jonny Cash. Otro exitazo en ventas. Aunque esta última fue choteada hasta la coronilla por la radio, no deja de ser una buena canción. Para disfrutarla, sugerimos la escuches una o dos veces por año, de lo contrario se adhiere esa desagradable melaza empalagosa que le embadurnó la radio comercial.

6.- I Believe in Miracles, original de Los Ramones, cover de Eddie Vedder. Originarios de Nueva York, The Ramones son un monumento al rock genuino. Una banda legendaria. En 2003 sale el disco We are a happy family, un tributo a Los Ramones. El disco es desigual, no todos los participantes invirtieron el mismo ahínco. Pero sobresale una estrella del firmamento: Eddi Vedder, merecedor de infinitos elogios por su versión de I Believe in Miracles. Larga vida al Jedi Van Vedder, siempre enseñándole al mundo como se canta el rock: encabronado y con media botella de vino circulando por sus venas, es decir, medio pedo. Y como dijo Joey Ramone: “creo en los milagros porque yo soy uno...”

7.- I Just Want To Have Something To Do, original de Los Ramones, cover de Garbage. En We are a happy family, Garbage también se luce, y Shirley Manson tiene una voz sencillamente maravillosa (increíble creer que esta mujer fuera una adolescente escocesa tímida y acomplejada). Si Vedder enseña a cantar rock a los niños, ella enseña la misma asignatura pero en el Colegio de Niñas. Le da respiración de boca a boca a la canción: vida a través del aire, y cosquilleo cachondo por el contacto de sus dulces labios. Grandísima versión la de Garbage, levantada al nivel de vuelo de las águilas arpías.

8.- Where Is My Mind?, original de Pixies, cover de Placebo. Espléndida melodía adolescente. Puritita nostalgia: esas tardes placenteras en los pasillos arbolados del CCH Naucalpan, oyendo en el viejo walkman cintas de los Pixies hasta que las pilas se terminaban. Los Pixies son una caja de crayolas que use para colorear mi vida en la grisura del entorno suburbano de la Ciudad de México. Definitivamente bachillerato es igual a Pixies. Y Placebo lo sabe, y recrea esta canción maravillosa en un Cd repleto de covers que viene de regalo en su álbum A Sleeping With a Ghost, y la pregunta ¿dónde está mi mente? se vuelve a formular como cuando, siendo un mozalbete, amanecías después de una farra brutal...

9.- Helter Skelter, original de Los Beatles, cover de U2. Una canción poco conocida por las nuevas generaciones; quien la escucha por primera vez se sorprende. Viene en el mítico Álbum Blanco, cantada por un McCartney que se oye diferente, rasposo, hasta se le salen unos gallos. Dicen que originalmente duraba casi media hora, que la tuvieron que recortar por razones mercadotécnicas. Canción polémica: inspiró al asesino Charly Manson. La letra es aparentemente inocente, pero esconde un viaje pachequísimo. Una rola de culto. U2 la hizo con mucho respeto en su célebre concierto grabado en el disco Rattle and Hum.

10.- Stand by Me, original de Ben E. King, cover del Proyecto “Playing for Change-Peace Trough Music”. El mundo globalizado se caracteriza por la entronización del capitalismo salvaje: fin de las fronteras económicas, auge de los monopolios y las trasnacionales, mayor pobreza y exclusión. En ese contexto, la globalización se vuelve despersonalizada y agresiva. Pero la globalización también es cultural, y algunos aprovechan el desarrollo de los medios y la internet para compartir desinteresadamente, bajo el lenguaje universal de la música. De ahí el gran mérito del documental “Playing for Change”, que en más de 12 naciones hacen que músicos callejeros canten al unísono esta bellísima canción. Idea noble, proyecto riquísimo: te va a conmover, te va a gustar y con todas las seguridades del mundo lo vas a recomendar.

11.- Soul Rebel, original de Bob Marley, cover de The Gladiators. El primer disco de Marley trae esta excelsa canción, casi un himno. Una rola a la que le han hecho mil covers, pero la de una banda en particular me fascina: The Gladiators, de Albert Griffiths. Por accidente conocí una compilación de ellos de Virgin Frontline Récords hace 17 años, y dicho disco, sin percatarme, ha resultado ser el que más veces he oído en toda mi vida. No me aburro, no me canso de escucharlos. Son mi top-top-top-top de Policarpo Avendaño. Los Gladiadores te hacen anhelar estar en la playa acompañado de Maria Juana: son la neta del planeta.

12.- All Along The Watchawer, original de Bob Dylan, cover de Jimmy Hendrix, Neil Young, Dave Matthews Band y U2. Una canción que parece ser sólo para aristócratas, pues los músicos plebeyos ni se le acercan. En los agitados y revolucionarios años sesenta el Poeta Dylan concibe esta escultura musical. La vida le da a la canción varios vuelcos exquisitos: primero fue Jimmy Hendrix, amante fiel del LSD y la heroína, quien hace su versión aderezada con unos riffs psicodélicos de antología. Después vendría U2. El Sensei Neil Young gusta tocarla en vivo, y cuando lo hace cae en trance y/o éxtasis; Dave Matthews Band hizo una muy buena versión. Y es que las palabras de Dylan se quedan en tu conciencia para siempre: “Sólo tengo una guitarra roja, el resto depende de ti...”

13.- The Man Who Sold The World, original de David Bowie, cover de Nirvana. En las falsas elecciones para el mejor cover de toda la historia del rock, mi voto sería para esta canción. Y es que el maestro Kurt Cobain la toca en su Unplugged de Nueva York y su versión resulta perfecta, delicada, sincera, majestuosa, sabia, atinada, exacta, impecable, lúcida, impoluta, inspirada, auténtica, excelente, magistral, poética... Un dechado de artistas, paradigmas sempiternos de lo sublime. Ohhh grandes maestros de la música, amigos de Zeús y Poseidón, dejo aquí constancia del agradecimiento que un mortal tiene hacia ustedes dos: David Bowie y Kurt Cobain. Aaaménnn...

14.- Orgasmatron, original de Motorhead, cover de Sepultura. En una caída abrupta del cielo, azotamos en las callejuelas más rudas y peligrosas: el trash metal. Lemmy Kilmister hace esta rola, que Sepultura revive en su sencillo Dead Embryonic Cells, y entonces nuestra imaginaria cabellera comienza a agitarse desenfrenadamente. Súbanle al volumen máximo, esto es sólo para oídos resistentes. Los de Belo Horizonte, Brasil, nos transforman, nos alocan, nos desquician: hacen que gritemos Arrrrrgggghhh!! Dios del Metal, te invocamos, y de rodillas suplicamos que Sepultura tenga su Reencuentro y que toquen en el Distrito Federal: lo necesitamos o moriremos de inanición metalera: Arrrrrggggghhh !!

15.- Otros Covers. La lista es larga y tendida, y en gustos se rompen géneros. La versión de Los Rolling de Like a Rolling Stone, original de Dylan, es estupenda. Esta Behind Blue Eyes, original de The Who, cover de Limp Bizkit. Me gusto la versión de Paint in Black que hizo Judas Priest. Megadeth hizo Anarchy in UK, de Sex Pistols. Muy bueno el cover que Max Cavalera, ahora con Soulfly, hiciera de Smoke on the Water, original de Deep Purple. Chido también el cover de Bullet the Blue Sky que hiciera Sepultura (agrupación hechiza) de la rola de U2. Suena por ahí Body Moving, original de Fatboy Slim, cover de Beasty Boys.

16.- Covers Latinos. Al sur del Río Bravo los covers no están mal. Déjate Caer, original de Los Tres, cover de Café Tacuba: de muy buena factura; hicieron tambièn una buena versiòn de Chilanga Banda, original de Jaime López. Los Agachados, una super canción de Tin Tán, recuperada por la Maldita Vecindad. Por qué te vas, original de la española Jeanette, cover de Aurora y La Academia, aceptable rolita. Contra los malinchistas, No tengo tiempo, original de Rockdrigo González y cover de Heavy Nopal, definitivamente dentro de las 10 mejores canciones del rock mexicano ("He llenado mis bolsillos con escombros el destino..."). Revolution Rock, original de The Clash y cover de los Fabulosos Cadillacs, esta dos-tres. Café Tacuba tocando No controles de Flans...mmmm, sin comentarios. Panteón Rococó hizo algo parecido con Sonia, que antes había cantado ¡Luis Miguel!. Jessy Bulbo acaba de hacer Muñequita Sintética, original de El Haragán. A muchos no les gusta, pero resulto interesante, por inconcebible, la versión de Amigo que Ataque 77 hiciera de la rola de Roberto Carlos (esa que le dedicaron al Papa). El payaso circense de Alex Lora fusilándose la canción My, My, Hey, Hey, de Neil Young. Lora también popularizo Metro Balderas, original de Rockdrigo. ¿Han oído Killers con Transmetal? La original es de unos franceses, el cover esta grabado con carencías técnicas, pero con mucha enjundía.