lunes, 27 de septiembre de 2010

BANDAS DE CULTO I.- NIRVANA DE KURT COBAIN: ES MEJOR QUEMARSE QUE APAGARSE LENTAMENTE


Por Neto Ramone

Con tu partida el rock se volvió agua: incoloro, inodoro e insípido. Te largaste y el rock se volvió ascéptico, precisamente lo que más detestabas.

Creíamos ser el anticristo oyendo trash metal con letras satánicas que de tan horrorosas eran inofensivas e inverosímiles, y de pronto, llegaste. Todavía me acuerdo cuando oímos esa canción que nos dejo bien pendejos:“Rape me, rape me my friend…”. Esa línea nos alteró más que todas las caguamas de cerveza que ingerimos todos esos años. Jóvenes con tendencias depresivas, nos cagamos de la risa cuando te burlaste de esa patraña reumática llamada Axl Rose (un mamón que por fortuna ya casi ni quien se acuerde de él). Nadie se enojo cuando supimos que ya no te gustaba cantar “Smells like teen spirit”: la tele y la radio le estaban arrebatando el alma a la canción y tú la defendiste sabiamente con el silencio.

Antítesis del rock corporativo, fuiste una lija sucia de plomero en la superficie de terciopelo barato de la Estética Unisex MTV. Acabaste con nuestra monotonía y homogeneidad: sólo vestíamos de negro para espantar al panteonero, y contigo nos enteramos que eso no importaba, se valía el color y la holgura como sinónimo de fachudez pues lo trascendente es la actitud, no el uniforme. Ya estoy bien ruco y todavía me descubro usando camisas de felpa de cuadritos: uta!, espero no parecerme a esos dones obsoletos con mostacho y mocasines lustrados y una playera de algodón fajada de los Rolling que dibuja con singular alegría la panzota chelera, pero eso sí, siguen reclamando satisfacción.

Andaba por los dulces dieciséis cuando escuche “Lounge Act”, “Aneurysm”, "Pennyroyal tea", ladrillos recocidos recién salidos del horno que mutarian en Templos de la Sagrada Familia del Rock, para beneplácito de tu apócrifo padrasto Gaudí. Kurt: no querías ser un héroe, aunque lo terminaste siendo, porque esas rolas son la impronta de nuestras vidas.