Neto:
Por supuesto que es compartida la melancolía por la desaparición de El Toreo, ese coloso de estilo arquitectónico similar al Palacio de los Rebotes que, según he leído, fue construido en 1957. En la edición de algún libro de la SEP para Primaria se publicó una foto de esa construcción, una foto chance de los sesenta, que lo mostraba cual era, aislado de la urbe. Si, estaba prácticamente en la periferia de entonces. Fuera de los limites de esa foto seguro había milpas, y claro, a un centenar de metros ahí sigue La Bastilla y panteón político llamado Campo Militar Número Uno.
Por cierto, cuenta un compa que por azares chambeó en sus entrañas, usadas entonces como locación, El Toreo encierra algunos secretos que van más allá del centro mitinero del PAN (lo fue por su asequible capacidad de acarreo de 10 mil gentes), de la lucha libre y eventuales conciertos: corre la versión de que la estructura del elefante blanco –acentuadamente subutilizado o prácticamente abandonado por décadas-, incluye varilla contaminada; bardas extraordinariamente gruesas, técnicamente injustificadas, cuyo posible uso evoca escalofriantemente a El gato negro, de Edgar Allan Poe; más un caminito clausurado, aventura el compa, en dirección a la zona verde olivo. El sitio entrañaría pues presencias políticamente inquietantes.
Por lo demás, para varias generaciones de los suburbios naucalpenses y atizapanes, identificados con Las Torres de Satélite, El Toreo fue el umbral que separaba a sus pueblos-gethos de la verdadera Ciudad; la zona alterna para el reven, con el Magic Circus y otras discos de diversas denominaciones.
Que El Toreo era un edificio horrible, es cierto. Pero su ausencia nos ha robado a millones parte de nuestra historia visual. En una entrevista el master Ry Cooder, ese que revive longevidades talentosas, habla de un disco posterior a Buena Vista Social Club en el que hace mancuerna con genialidades otrora pachuchos, como Lalo Guerrero (sí, el de Las Ardillitas, con Pánfilo a la cabeza) sugiere que hay que dar la batalla contra los Walt Mart, pues su apetito depredador inmobiliario le dio en la madre a barrios y enclaves musicales de aquellos Los Angeles de la década de los 50. Que poca si en lugar del Domo levantan un Walt Mart. Todo checa: ahí viene la mala copia del segundo piso sobre el sucio Periférico, en terreno naucalpense. Ya sabemos que el tricolor no da pasos sin guarache inmobiliario, además de electorero.
Atentamente
Guillermo Armendáriz (El Memo para la banda).
Por supuesto que es compartida la melancolía por la desaparición de El Toreo, ese coloso de estilo arquitectónico similar al Palacio de los Rebotes que, según he leído, fue construido en 1957. En la edición de algún libro de la SEP para Primaria se publicó una foto de esa construcción, una foto chance de los sesenta, que lo mostraba cual era, aislado de la urbe. Si, estaba prácticamente en la periferia de entonces. Fuera de los limites de esa foto seguro había milpas, y claro, a un centenar de metros ahí sigue La Bastilla y panteón político llamado Campo Militar Número Uno.
Por cierto, cuenta un compa que por azares chambeó en sus entrañas, usadas entonces como locación, El Toreo encierra algunos secretos que van más allá del centro mitinero del PAN (lo fue por su asequible capacidad de acarreo de 10 mil gentes), de la lucha libre y eventuales conciertos: corre la versión de que la estructura del elefante blanco –acentuadamente subutilizado o prácticamente abandonado por décadas-, incluye varilla contaminada; bardas extraordinariamente gruesas, técnicamente injustificadas, cuyo posible uso evoca escalofriantemente a El gato negro, de Edgar Allan Poe; más un caminito clausurado, aventura el compa, en dirección a la zona verde olivo. El sitio entrañaría pues presencias políticamente inquietantes.
Por lo demás, para varias generaciones de los suburbios naucalpenses y atizapanes, identificados con Las Torres de Satélite, El Toreo fue el umbral que separaba a sus pueblos-gethos de la verdadera Ciudad; la zona alterna para el reven, con el Magic Circus y otras discos de diversas denominaciones.
Que El Toreo era un edificio horrible, es cierto. Pero su ausencia nos ha robado a millones parte de nuestra historia visual. En una entrevista el master Ry Cooder, ese que revive longevidades talentosas, habla de un disco posterior a Buena Vista Social Club en el que hace mancuerna con genialidades otrora pachuchos, como Lalo Guerrero (sí, el de Las Ardillitas, con Pánfilo a la cabeza) sugiere que hay que dar la batalla contra los Walt Mart, pues su apetito depredador inmobiliario le dio en la madre a barrios y enclaves musicales de aquellos Los Angeles de la década de los 50. Que poca si en lugar del Domo levantan un Walt Mart. Todo checa: ahí viene la mala copia del segundo piso sobre el sucio Periférico, en terreno naucalpense. Ya sabemos que el tricolor no da pasos sin guarache inmobiliario, además de electorero.
Atentamente
Guillermo Armendáriz (El Memo para la banda).
2 comentarios:
No mames ¿un pasadiso secreto entre las instalaciones del Toreo y el Campo Militar No. 1? Uta, eso sí que esta rifado. A la banda que no rola por esos rumbos, les comento que en el Campo Militar No. 1 entambaron a los presos políticos en la era de la guerra sucia. Díaz Ordaz y Echeverría clavaron ahi a varios dirigentes del 68 y a no pocos jóvenes guerrilleros en los setentas. La entrada del Campo Militar esta a unos metros del Toreo, la cosa no suena imposible. Y eso que Memo menciona como La Bastilla, es una torrezota de vigilancia de la cárcel militar empotrada en la punta de un cerro dentro de las instalaciones del Campo Militar, que se ve a la distancia. La historia de que un compa lo conto tampoco es inconcebible: la mayoría de los empleados del Toreo son vecinos del barrio, tochos vivian en los alrededores del Molinito.
Chido por la info aportada por el Memo !
Datos muy precisos los que aporta el memorias.
Yo que viví por ahí cerca (en azcaponarco, muy cerca de los panteones) aún recibí las historias de la banda que recordaba cuando las vacas pastaban en los alrededores del CCH azcapotzalco y el peligrosísimo rosario era un total descampado.
Lo de la unión entre el campo militar no. 1 y el toreo, pus suena a una historia como la del túnel entre el depa de copilco y una casa en las lomas del AMLO.
Peeero, pus igual y el abandono del toreo y su subutilización se debían a prácticas milicas (el imaginario que vuela y construye un campo de torturas o entrenamientos, y no me he metido nada!!).
Deberá ser confuso para mucha banda que no conoce tus rumbos neto, porqué no pones un croquis o un mapita en vez de la foto del asesino echeverría?? hasta me saqué de onda con la foto!
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